sábado, 2 de junio de 2007

Cuestiones básicas sobre las tecnologías cinematografica y videografica

Así, el medio técnico de captación de imagen de referencia es el cine tradicional y, en general, los medios fotográficos. La fotografía y el cinematógrafo constituyen sistemas de registro y reproducción de imagen que consiguen altas cotas de realismo, bastante cercanas a la visión directa, con una tecnología relativamente sencilla. La imagen electrónica, como es el caso del vídeo y la televisión, necesita de un equipamiento tecnológico mucho más complicado que el de los medios fotoquímicos y hasta ahora se había visto imposibilitada para conseguir la calidad de representación alcanzada por aquellos, aunque las diferencias cualitativas entre unas técnicas y otras se van limando poco a poco.

La visión directa sería aquella en la que no existe mediación técnica alguna, la observación directa de la escena o representación. El cinematógrafo es capaz de conseguir un alto grado de implicación del espectador gracias a dos características de la imagen: su alta calidad de reproducción y su tamaño, que desborda el campo de visión normal y facilita la inmersión en la trama narrativa. Conseguir, pues, un sistema de reproducción que equivalga a la visión directa implica que, a la distancia de observación elegida, el mecanismo de construcción de la imagen debe resultar transparente al observador y el tamaño de la misma lo suficientemente grande para facilitar la inmersión desde el punto de vista psicológico.

La película cinematográfica, hermana de la empleada en fotografía, ha sufrido una enorme evolución en sus más de cien años de existencia. El empleo de la película de nitrato de celulosa desarrollada por George Eastman en 1889 supuso el espaldarazo para el desarrollo del cine: un soporte barato, flexible y de calidad sobre el que fijar las emulsiones. El estándar de película de 35 milímetros decidido por Eastman -Kodak- y Edison sigue siendo válido hoy en día, aunque este tipo de soportes hayan evolucionado en muchos aspectos.

1.1.1. Fotoquímico frente a electrónico.

Las actuales tecnologías de alta definición, en las que se basa gran parte de la cinematografía digital, se perfilan como el más alto escalón de calidad que la imagen electrónica puede alcanzar e intentan que ésta se asemeje a la imagen fotoquímica. Es notorio que una tecnología nacida en el siglo XIX, como es la fotografía y su evolución natural, el cinematógrafo, sigan siendo hoy, en los comienzos del siglo XXI, las fórmulas de registro de imagen que permiten alcanzar la mayor fidelidad con el original registrado con un menor coste tecnológico. En la actualidad, el soporte cinematográfico más universal, la película negativa de 35 mm, es capaz de resolver más de 25 millones de elementos de imagen individuales por fotograma, en un cuadro de unos 6000X4500, aunque la calidad de las ópticas empleadas limita la resolución a unos 12 millones de elementos, unos 4000X3000; frente e ello, la imagen electrónica convencional trabaja con algo menos de medio millón de puntos de imagen por cuadro.

En ambos casos, las imágenes se construyen en base a un mosaico de puntos individuales que representan, en teoría, el detalle más pequeño que puede resolver el sistema. Como se ha expuesto, el mosaico de las imágenes fotoquímicas contiene un número de elementos individuales mucho mayor que las electrónicas, pero el número no es la única diferencia entre ambas: la disposición de dichos elementos también resulta distinta entre las imágenes fotoquímicas y las electrónicas.

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